Suspiro De Medianoche cap 2

SUSPIRO DE MEDIANOCHE
Hay amores que matan.

4 MESES ATRAS

Estaba parada sacando mis libros del locker cuando llego Ciana con una de sus 1000 historias de lo que habia echo en vacaciones, ella no me molestaba era muy linda, y muy amable pero a veces exageraba cuando intentaba presumir que hacia, que tenia o con quien salía. Aveces llegue a pensar que lo que me molestaba no era su forma de ser si no ella, talvez sentia celos de lo bonita de lo alta, de lo rubia o de los increíblemente desarrollados pechos que tenia, claro sus defectos tendria como la notable grandeza de su nariz, pero sus ojos color verde intenso te distraian de su nariz, o su boca con dientes perfectos y labios voluminosos. A un lado de ella yo me sentia insignificante, yo era como cualquier otra chica, mi pelo no era rubio era café claro, mis ojos tenían un simple color marron, mi sonrisa no era digna de un comercial “Colgate”, y era ligeramente bajita, un metro ciencuenta y cinco no me hacian muy diferente al resto de la población que no es perfecto.

-Entonces descubrimos una cueva y osea yo no me quise meter pero bueno me obligaron y entramos y en la cueva encontramos restos de fósiles entonces llamamos- Ciana ya habia empezado a hablar y me contaba algo sobre la playa pero yo no hacia caso, por lo menos no a ella, ponia atención en el casillero de enfrente, el casillero 350 estaba siendo ocupado por un chico muy guapo, pero que jamas habia visto, debía ser nuevo. Pensandolo era el unico chico nuevo que habia visto el día de hoy considerando que era el primer día de clases.

El, era alto y palido como la nieve, con ojos cafes mielosos que le daban un toque de ternura a su cara, su pelo café obscuro y su estilo de chico bueno lo hacian de cierta forma interesante.

Por los libros que metia en el locker me di cuenta de que el iria en nuestro grado, y eso e alegraba, me daba ilucion aun aunque yo supiera que alguien como yo no andaria jamas con alguien como el.

Trin!!!!!!! Triin!!!!! La campana habia sonado, y mirando mi horario me fije que mi primera hora era Matematicas, lo cual no era mi fuerte.

-Y entonces nos pagaron y salimos en el periodico y no te ima…- Ciana seguia hablando pero al parecer ya se habia dado cuenta de que habian tocado el timbre, o de que yo no estaba haciendole caso porque termino diciendo –hmm bueno amiga me voy a Artistica – y salio disparada a su clase.

Entre en el salon de matematicas y no vi ningun rostro nuevo, me desilusiono pensar que tal vez el chico nuevo no estaria en ninguna clase conmigo, y talvez jamas le dirigiria la palabra.

La clase fue de introducción, como la mayoria el primer día, todas sobre lo que hay que hacer en la clase, que necesitaríamos usar, y algunos de los temas mas importantes, toda la clase me la pasaba pensando en artistica, que era mi clase siguiente, por alguna razon amaba esa clase, era tan libre de expresarme como quisiera que tenia ganas incluso de que fuera la clase de introducción.

El timbre sono y todos salieron fui la primera en llegar a artistica puesto que habia corrido un poco, queria tomar una de las sillas de hasta adelante donde pudiera ver todo y oir mejor.

-Buenos dias señorita Charles- dijo la maestra Cornowell mientras yo tomaba asiento en una de las peculiares sillas que se diferenciaban a las de los otros salones por tener una mesa con 4 patas (y no ser paletas unidas al asiento) y por ser todas de madera.

Momentos despues empezaron a llegar los demás alumnos. Yo tenia la mirada fija en la mesa de madera que ya tenia los primeros rayones del año, y es que en artistica era costumbre escribir en las mesas como un arte, aunque claro, ni la profesora Cornowell ni el director lo consideraban un arte y por eso a fin de año se encargaban de que quitaran todos los rayones dejando así espacio libre para pintar nuevas cosas en nuevo año. Los primeros rayones eran un corazon con una carita feliz pintada en la esquina y con la leyenda en tinta rosa “El amor voló como un globo este verano Atte. Lorain”. Saque de mi mochila la pluma para escribir algo pero se callo y en cuanto la iba a levantar un chico que iba pasando me la dio en la mano.

-Emmm a gracias- dije con el pelo enmarañado en mi cara por el movimieno de agacharme.

-Denada- dijo una voz amable y fue entonces cuando decidi voltear a ver quien era. Y ahí en frente de mis ojos estaba aquel chico nuevo que metia sus libros en el casillero 350.

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